Cansado de la desintoxicación involuntaria que acarrea el no encontrarte, del torcer el cuello de las hojas entre mis manos desesperadas, del intentar beberte en cada trago de agua y no saciar mi sed.
Te escribo con la más plena intención de hacer señales de humo, de llamar tu atención. Describo cada letra como la última y la primera, sigo encantado soñando con el primer beso, con el primer chispazo que no puede negarse sin dudarse.
Quiero que prestes memoria, a la atención adecuada, a verte sonreír, a dormir desvelada; a las caricias, a las mordidas, a la vida misma comiendo de nuestras palmas. A cerrar el mundo en un cuarto, donde nada existe más allá de tus brazos, de tu boca, y de los buenos momentos sin hablarnos.
Cansado de la desintoxicación no deseada por tus distancias mentales, que perturban mis noches, que alimentan mis plumas y sus sueños fugaces. Quiero recuerdes lo bueno, hagámoslo eterno y aprendamos de los males; robemos al tiempo segundos, a tu sonrisa momentos, a mi alma intentos y al cariño que te tengo... paciencia, como la del que vacía en gotero los mares.
sábado, 27 de diciembre de 2008
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