martes, 28 de septiembre de 2010

Bajo la cama...

Abajo de la cama, en la orilla de la sombra que se traduce en miedo, a lado de esos miedos que asoman los ojillos rojos y arañan los recuerdos, roen la propia carne comenzando por la cola y se degluten así mismo y se dan la vuelta como calcetines.

Justo ahí, donde la penumbra (rechazada por ambigua) es fiel a su incomodidad; en la frontera donde no se sabe donde ya cada vez es menos o cada vez más, donde entra o salé, donde comienzas a extrañar o a olvidar. Ahí me acurruqué a acariciar el vacío, del viento caído, los hilos que aún sobran de mi tiempo perdido, mezclados entre cabellos, pelusa y olvido; con frío, con fobias, con una botella a medio camino...

Ahí abajo, cerquita al pecho de la bestia, acariciando de vez en vez el polvo, suspirando por creer que hay restos de tu piel en él; a la sombra de mi hoy, volví a buscarte sin saber por qué y sonreí en presencia de más de dos ataques de tos que me confirmaban tu permanencia en mi vida... de una manera u otra.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Entre Killing Moon y Ziggy Stardust

Cuando las palabras se rompen, y no hay mucho que decir detrás del borde que se rompe en resplandor. Y él ha cambiado tanto, ya no sabe cantar. Cuenta que le cuenta la Luna bajo la marea de una playa lejana y sin arena que mientras la vida transcurre y hay tanto que se dejó atrás, las olas contaban que un mar completo a sus espaldas sostienen la historia de una futura separación, que no lo deja descansar.

Tararea unas palabras sin sentido que parecen dormir bajo la sombra de los labios de la memoria adormecida por el susurro del pecho y su constante tambor. Y caminan lentas las notas del paladar al corazón, y se pasan con saliva y un tanto de alcohol; intentan tragarse los cantos de dolor, intentan pasarse la hiel de una canción, que hoy no se va y deja su huella en el eco silencioso justo después de continuar.

Hay cosas que nunca sabrá. Si de verdad se ha puesto el pie en esas tierras, si nada parece medirse igual, si en realidad hay algo más, si se va a dejar de extrañar lo que aún no se va, ¿Hay vida más allá de este momento?¿De verdad importa algo de eso, cuando todo ha dejado de importar?

Bajo la Luna asesina se ruega a los dioses internos comprensión o piedad, al tiempo pasar y a la memoria comenzar a olvidar. A su sombra clandestina y vestida de plata la sombra de una silueta que rompe en llanto mientras se olvida el cómo entonar y busca su guitarra poder tocar.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Entre libros...

Atrapado entre libros y letras, de historias mezcladas con opiniones y sonrisas personales, recuerdo que todo esto se puede quebrar, que no hay conciencia de los días, que todo parece a punto justo antes de quedar atrás.

Todo permea en la sensación insensata de clavarse en una silla y no regresar hasta que todo acabe, de escribir letra por letra hasta el final mismo de la historia, tipeada agresivamente contra las hojas mentales que redondean al final, que buscan nunca acabar, que buscan el atarme a una necesidad mental de desahogo, de contarte mis historias, de llevarte a mis carencias, a mis lares y vivencias, mezclarlas con mi vida, con la tuya y con todo el ruido que creemos música hacer letras.

Letras de las historias que harán época, cambiaran vidas o desviaran miradas, causaran asco o agrado, curiosidad o devoción. Letras exageradas bailaran a los ojos del más incrédulo y lograran hipnotizar destinos... claro está, sólo si fuesen leídas.