martes, 17 de mayo de 2011

Miedo...

Temeré el primer impulso de la noche que cae callada en un baile con la luces y mi mirada apagada; al suspiro que callará los labios después de compartidos, dulces y por siempre turbios en la memoria fantástica del recuerdo, que acurrucado en una esquina, pide tregua, pide calma, pide perdón.

Temeré cuando, el primer rayo que quiebra la calma, desprendido de tu pecho, impacte indiferente el alma de otro sueño, que mojado quiso pasar la noche en tu portal; al rencor y al olvido, al mismo destino que nos unió y nos habrá de separar.

Temeré a mis actos, a mis manos y a sus resultados, a la duda y al mito. Temeré al mundo en rabia, a mi vocabulario incoherente y a la noche estrellada.

Temeré a la belleza misma si mañana no estás, a la inconciencia del futuro sin sentido que es acompañar tu ausencia. Hoy eres fuerza, orgullo y camino; me da miedo quien soy cuando no estás conmigo.