sábado, 8 de enero de 2011

cortito viejillo...

Quiero que te quedes una vida, que te esperes un momento de eternidad. No te retengo, no busco el pertenecer, quiero el firmamento que nace en tu cabello de vez en cuando poder ver. Contemplarlo, como quien alza la mirada en una noche solitaria y se encuentra una línea fugaz que dibuja una sonrisa. Quiero eso que no has dado cuenta, un poco de luz, que ilumines esta vida.

Año nuevo...

Saltando a lo desconocido de este año, entre la niebla de la duda, de ver sí este año logro hacerlo bien. De iniciar tan lejos, pero con la cara alta, de tener la sonrisa descompuesta y ganas de terminar más cerca. Pareciera que olvidamos los planes y nada sale cual planeamos, pareciera de pronto que no estamos donde solíamos estar parados.

Caminando en la fiel incertidumbre de acostumbrarse a la incomodidad, a empujar hacia lo que se quiere y evitar querer lo que se pierde. También con muchos planes y ganas de hacer reír al destino. El esfuerzo recompensa a las insistencias y Dios sabe soy necio.

Haremos de la vida un rato, de la mano la calma, de nuestro destino un volado, de la necedad combustible y nuestra sonrisa lo único fiel e imperdible.

lunes, 3 de enero de 2011

...como el aire

Tal vez es demasiado para el pequeño pecho, que reposa en el suspiro y retoca su cascabel interno en busca del sonoro metal. Y retumba contestando el corazón herido de muerte, cómo el de todos, que hoy se le acaban las ganas de caminar. "será de otro pulmón ese aire, que de entre mis manos se me va" dice mientras canturrea a dos pasos huecos, tum tum, silencio, tum tum silencio...

El alma cobra conciencia de su ligereza y se alarga hasta sentirse rasgada por la partida. Se queda quieta y se escurre en los ojos mojando lo que aún es cara, deliberadamente saltando hacia la nada, en busca de tu mano que regrese... y viendo que eso no pasa.

Así te vas, con más de lo que puedas imaginar; el viento que continua su camino y este cuerpo mío, ya no lo puede acompañar. Cerrando la mano vacía, secando la suicida humedad, dejando una persona rota que quiere que regreses cuando aún no te vas, que sabía bien que el tiempo de aprisionar el viento, ese tiempo quedó atrás.