lunes, 3 de enero de 2011

...como el aire

Tal vez es demasiado para el pequeño pecho, que reposa en el suspiro y retoca su cascabel interno en busca del sonoro metal. Y retumba contestando el corazón herido de muerte, cómo el de todos, que hoy se le acaban las ganas de caminar. "será de otro pulmón ese aire, que de entre mis manos se me va" dice mientras canturrea a dos pasos huecos, tum tum, silencio, tum tum silencio...

El alma cobra conciencia de su ligereza y se alarga hasta sentirse rasgada por la partida. Se queda quieta y se escurre en los ojos mojando lo que aún es cara, deliberadamente saltando hacia la nada, en busca de tu mano que regrese... y viendo que eso no pasa.

Así te vas, con más de lo que puedas imaginar; el viento que continua su camino y este cuerpo mío, ya no lo puede acompañar. Cerrando la mano vacía, secando la suicida humedad, dejando una persona rota que quiere que regreses cuando aún no te vas, que sabía bien que el tiempo de aprisionar el viento, ese tiempo quedó atrás.

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