miércoles, 4 de septiembre de 2013

Quién de nosotros...

Cuando el momento llegué y la colina comience a perder amabilidad. Cuando la inclinación sea más que cuesta y la pared nos haga dudar de la verdadera intención de lo caminado.

Ahí entre el juicio y la nada, el acantilado y la vacilación… quién de nosotros soportara el golpe de viento hecho bofetada; caerá en silencio y apagará el alma. Quién de los presentes dudara del camino hasta hoy recorrido y sentirá el rencor recomenzar en la orilla de los  labios y transformara en, otrora besos, balbuceos ahogados…

Quién alimentará el té con miel que no endulza y sostendrá la charla más lenta y difícil de pasar...
 
 Pudiera la tarde durar años y sentirse los segundo caminando en el cuello, tristes y retrasados, mientras arrastran sus pequeños pies y lengüetean la sensación de la pausa. Allí, con el corazón alado, sintiendo que un pedazo de alma sale y regresa al cuerpo. Allí, cuando nada más se espera el duro final. Allí, quién de nosotros romperá el silencio, la espera y con ello, el equilibrio de calma pasajera. Quién desatará el diluvio de los ojos, contenido sólo por el pecho, por ese enorme corazón.

Dime quién, reparara lo que hoy se siente tan quebrado; dime quien eres y que rayos piensas cuando haces falta. Dime quién de nosotros será el valiente o el ingenuo, quien ahogara la voz que antes todo calmaba.

Y cuando yo sea calma, el corazón distancia, la vida agua y el llanto corra por las venas del cuerpo ya sin carne. Quién será el responsable, quién de nosotros saldrá con vida de este momento errante.