miércoles, 16 de febrero de 2011

Volveré a matar...

Volveré a matar...

Hay que tener cuidado, no siempre se puede controlar. Entre los choques y los destellos blancos, lejanas de los pasos de paciencia, las voces comienzas a ser colores, y hoy todo es navidad. De la esquizofrenia de los tiempos, hoy me siento el único normal; dejándome fluir en el caos de las caravanas perdidas y los destinos encontrados. Afilando el arma blanca en defensa o ataque preventivo, somos una fibra demasiado interna, seremos la diferencia del olvido y del no fue jamás.

Dependiendo de la decisión, será el disfrutar o seguir, el saborear u olvidar, cada quien sabe si escoge sus penas, o si se dejá escoger por ellas. Hoy parece surreal: huele a casa de alguien que no sabe ser hogar. Sabe a distancia y se escucha a corazón, saber que me gusta la vida y ya por la sangre tengo cierta afición.

Correra el tiempo, se nos caera el plato, seremos distintos sitios en los mismos campos. Tendrás que saber que: En esta espera he aprendido, que el camino termina donde la lengua comienza, y que no hay más retorno sin decisión. Hoy la vida da vueltas y el camino es claridad, el día a día tiene curvas y el pasado... se deja atrás.

domingo, 13 de febrero de 2011

paloma mensajera...

Perdida, como la nota del silbido en el suspiro sin querer encajonado en el buró del olvido, como aquella carta sin escribir que nacía a pedazos de vez en vez. Así rondaba la paloma mensajera, y su trabajo que no llega y la tristeza que causa verla en círculos volando, sin causa y sin casa, la fatiga le viene en gana y la muerte le espera en calma.

Suicida por palabras y destinos vagos, trae consigo frases que el mundo podrían cambiar (al menos el mío, el del resto nunca ha importado de más) si estas palabras llegaran a tus manos, tal vez volverías a escuchar.

Y escucharías las palabras que en silencio mi corazón ladra a tu boca, entre cenizas y copas las mejores charlas, roces y besos distantes que canturrean felicidad, esquivas y las mismas tardes que nos vieron amar; memorias que hay que volver a escuchar.

Perdida como su mensaje, dichosa paloma ya en mis manos no está, no sabemos si va o vuelve leída, no sabemos si sabes o sientes respuesta, no sé sabe otra cosa que
esperar...

Paciencia a la paciencia, tiempo al traste, el silencio es respuesta, el sentir olvido un peaje.