lunes, 20 de agosto de 2012

Si hoy me fuera...

La sensación de volver a tocar una vez más tu piel me atacaría. La más pura y simple urgencia de recorrer ese mapa que hice mi casa, mi templo y mi andén.

Las ganas de escribir con mis últimos momentos un eco inmortal.Con un último espasmo de alma, querría rayar una sonrisa en la noche, en una fugaz señal en la oscuridad; así la noche me regalaría una excusa, para devolverte un poco de lo que tú me has dado, hasta el final...

Una estrella que cae y arde hasta su fin, regalando su cuerpo al firmamento, a manera de disculpa por todos mis fallos... si hoy me fuera cambiaría el firmamento por quitarte la tristeza de las manos...


Seguir...

Y te dicen que la vida, que el encuentro de las piezas hará un todo... un sentido a lo que pasa, una razón a los pasos, a los tropiezos y al corazón...

Hoy con miedo, retraigo la mirada, en la duda constante de que eso sea verdad. Hoy me es difícil creer en que hay pies y cabeza para este caos.

La vida tan corta flama que entretiene la mirada, tan débil agitada por la nada. Tan tierno y fugaz es el ayer, todo parece más lejano cuando estás por aquí. En un jardín de incertidumbre, donde la lluvia suena pero no cae, donde la vida se detiene pero aún late.

Allí donde el alma comienza a reconocer su contorno, donde ve su frontera; y con ella se sabe su propio fin. La línea no luce delgada o limitada, no es línea sino una sospecha. Una sugerencia de certeza, de esas verdades pesadas y difíciles de tragar:

La vida se le acaba, las ganas que duelen son de la rendición carnada, no me detendré, pero es constante el saberse morir.

Y la vida se le escapa a la llama, que endeble recorre un pasaje oscuro, de una velada agitada... de una triste mirada, del miedo al sin saber. Soplar o seguir...

Seguir... siempre seguir...