martes, 25 de septiembre de 2012

Nuestras manos

Como el humo entre las manos, se nos acaba el tiempo, la distancia, la paciencia y soy terco. Aferrándome a esta vida que nos empapa de pecados, pedazos de alma herida que nos llevan cuesta abajo. En caída, tropezando.

Alargando un último día de un último dígito, de un último peldaño. haciendo cartas al olvido, a las negociaciones con lo perdido, enviando mensajes al carajo.

Cerremos este capítulo; inauguremos con esperanza un nuevo pasado, vayamos a bebernos el olvido y a brindar por el destino, que hoy da fe de lo escrito en nuestras manos.