miércoles, 22 de diciembre de 2010

Eclipse...

De saber que las distancias más grandes no limitan los reencuentros,la paciencia es necesaria y la necedad un argumento. Te regalo un ejemplo, de destino y esperanza, mira hacia arriba cualquier noche clara y recuerda esa Luna, esa que no escapaba a tu mirada.

Esa Luna que se escondió despacito en las sombras, generadas contra todas las posibilidades, de los cuerpos más lejanos hoy más unidos que almas iguales.

Siéntete pequeña frente a esas sombras pero confronta al universo con sonrisa, hasta entre astros hay oportunidades; tómalas una a una, decide si te cambian o las cambias. Respira y llénate de confianza, exhala y vuelve a casa, bajo la sombra tibia que vistió esa noche tu cara.

Sigue la Luna y sus pasos; aprende a reencontrarte en el alma del tiempo que marcó tus lazos, por que sabes que tu luz es guía y tu destino esta en tus manos.

...truhan

Hace mucho que no siento demasiado, el vacío que ha dejado tu salida dejaron árida la piel, seco el pecho y mojada la vista. Te extraña el cuerpo tílico y el alma de truhan, saben mis letras que no las leeras.

Pasara el año, un día a la vez, con sus eternos minutos de distancias gigantescas y las lagunas de este pecho que no deja y no quiere perder. Quiero verte feliz, pero en mi egoísmo propongo el al menos verte, que no se aleje mi suerte si un día puedes sin querer venir.

Si ya te vas, di que volveras. Yo estaré en estas letras, instalado hasta que vuelvas, escribiendo que te extraño y ocultando quisiera tu lo hicieras por mi.

martes, 2 de noviembre de 2010

De muertos y de olvidos...

Para los de arriba, para los que observan, y creen que es su noche. Para ellos las notas son largas, y las visiones cortas; nos comparten sus calmas y sus tardes, entre flores y memorias que atiborran con sus aromas y sabores agridulces.

Para todos aquellos que sin gloria revisitan las páginas del resto, que creen que es su noche; para ellos hay lunas misteriosas, plegarias silenciosas y un montón de sinsentidos pensamientos que revolotean en más de una cabeza. Hay un vientecillo callado lleno de pena, que roba un escalofríos a su paso.

Para todos aquellos que sólo esperamos a que ellos crean que es su día, hay un reloj de arena, un sonidito casi mudo, constante y latente. Es el ruidillo del tiempo que se nos acaba, de la última nota y del pánico del silencio, del tranformarse en otra memoria fatigada, y en la creencia de que todo fue hecho.

Y para los que creen que es su noche, y para los que creemos que es su noche, hay ignorancia. La felicidad del desconocer, la ingratitud del saber y muchas creencias que creer.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Meditándote...

En esta ausencia que no pasa, que se estanca muy cerca del alma, que retiene los suspiros lejanos al oído de a quien le importan. Ahí se respiran silencios pequeñitos que no esconden intenciones, con calmas extrañosas que recuerdan habitaciones sin techo y los más finos sentimientos y emociones.

En esas instancias de un semilimbo mental, se afilan los recuerdos cual púas: Hay autos y locuras, existen oraciones y sentencias infinitas. Hay palabras mágicas que sacuden las fantasías más profundas y parecen ficticias de tan reales.

En ese paraíso y cárcel, te he creado un altar, que sabe perfecto lo que decides, que sabe sin duda lo que vendrá. Que te mantiene vigente, que me recuerda que no hace falta más que esperar, en este espacio tu presencia o ausencia no es opcional.

Te exhalo en voz alta, sólo para volverte a respirar. Seremos aunque no queramos, querremos aunque callemos y en el silencio andaremos juntos aunque las distancias estiren nuestros lazos.

martes, 5 de octubre de 2010

día a día se cuentan...

Para algunos basta, decir despacito que la muerte nos llueve y nos resopla en aires fríos, que nos trae a viejos caminos, cada día más ajenos a pesar de ser los mismos, les sobra la paciencia en la aceptación de decadencia, en exhalar las fuerzas, en dejarse ir y perderse entre el humo y las nubes de una ciudad eterna.

Para ellos, basta la derrota del día, celebran el llegar al puerto del fin de semana, con el estomago triste y las canciones ignoradas, con las vidas de miradas agachadas pero el valor de aceptarla resignadas.

Basta para algunos la derrota menos grande, la felicidad menos culpable, el recorrer los días en espera sólo de que pasen. Para algunos basta para no ser infelices; para mi no.

Con un año cabal a cuestas, con la matemática a favor y en contra, con la esperanza desgastada/renovada, con una gran memoria, con su carga de amnesia, con tenerte siempre presente, con estos planes para años que vienen.

Para algunos basta el sonreír; tú y yo sabemos que no basta el amor para ser feliz. Para algunos los espacios se llenan, para nosotros las historias día a día se cuentan.

martes, 28 de septiembre de 2010

Bajo la cama...

Abajo de la cama, en la orilla de la sombra que se traduce en miedo, a lado de esos miedos que asoman los ojillos rojos y arañan los recuerdos, roen la propia carne comenzando por la cola y se degluten así mismo y se dan la vuelta como calcetines.

Justo ahí, donde la penumbra (rechazada por ambigua) es fiel a su incomodidad; en la frontera donde no se sabe donde ya cada vez es menos o cada vez más, donde entra o salé, donde comienzas a extrañar o a olvidar. Ahí me acurruqué a acariciar el vacío, del viento caído, los hilos que aún sobran de mi tiempo perdido, mezclados entre cabellos, pelusa y olvido; con frío, con fobias, con una botella a medio camino...

Ahí abajo, cerquita al pecho de la bestia, acariciando de vez en vez el polvo, suspirando por creer que hay restos de tu piel en él; a la sombra de mi hoy, volví a buscarte sin saber por qué y sonreí en presencia de más de dos ataques de tos que me confirmaban tu permanencia en mi vida... de una manera u otra.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Entre Killing Moon y Ziggy Stardust

Cuando las palabras se rompen, y no hay mucho que decir detrás del borde que se rompe en resplandor. Y él ha cambiado tanto, ya no sabe cantar. Cuenta que le cuenta la Luna bajo la marea de una playa lejana y sin arena que mientras la vida transcurre y hay tanto que se dejó atrás, las olas contaban que un mar completo a sus espaldas sostienen la historia de una futura separación, que no lo deja descansar.

Tararea unas palabras sin sentido que parecen dormir bajo la sombra de los labios de la memoria adormecida por el susurro del pecho y su constante tambor. Y caminan lentas las notas del paladar al corazón, y se pasan con saliva y un tanto de alcohol; intentan tragarse los cantos de dolor, intentan pasarse la hiel de una canción, que hoy no se va y deja su huella en el eco silencioso justo después de continuar.

Hay cosas que nunca sabrá. Si de verdad se ha puesto el pie en esas tierras, si nada parece medirse igual, si en realidad hay algo más, si se va a dejar de extrañar lo que aún no se va, ¿Hay vida más allá de este momento?¿De verdad importa algo de eso, cuando todo ha dejado de importar?

Bajo la Luna asesina se ruega a los dioses internos comprensión o piedad, al tiempo pasar y a la memoria comenzar a olvidar. A su sombra clandestina y vestida de plata la sombra de una silueta que rompe en llanto mientras se olvida el cómo entonar y busca su guitarra poder tocar.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Entre libros...

Atrapado entre libros y letras, de historias mezcladas con opiniones y sonrisas personales, recuerdo que todo esto se puede quebrar, que no hay conciencia de los días, que todo parece a punto justo antes de quedar atrás.

Todo permea en la sensación insensata de clavarse en una silla y no regresar hasta que todo acabe, de escribir letra por letra hasta el final mismo de la historia, tipeada agresivamente contra las hojas mentales que redondean al final, que buscan nunca acabar, que buscan el atarme a una necesidad mental de desahogo, de contarte mis historias, de llevarte a mis carencias, a mis lares y vivencias, mezclarlas con mi vida, con la tuya y con todo el ruido que creemos música hacer letras.

Letras de las historias que harán época, cambiaran vidas o desviaran miradas, causaran asco o agrado, curiosidad o devoción. Letras exageradas bailaran a los ojos del más incrédulo y lograran hipnotizar destinos... claro está, sólo si fuesen leídas.

lunes, 23 de agosto de 2010

Olor...

Entre tu boca y mi boca demasiadas palabras rotas que pregonan interior, generan sombras y matices de los pasos y fracasos, de nuestra inventada realidad, de lejanos ayeres que morosos no cooperan con el desgaste natural.

Malditas deudas, malditos los tiempos y su trabajo que es hacernos olvidar. Maldigo las creencias y cualquier fe que grite a los vientos que existe la eternidad.

Pues hoy rastreo tu aroma, en cualquier escondrijo de paciencia. A gatas como quien busca una hormiga en especial justo a la puerta de su hogar. Hincado y preguntándole a cada una del resto del hormiguero, si la han visto, y recibe un silencio y ni una mirada o gesto que logre auxiliar.

Olfateando la memoria, que huele a páginas viejas, libros siempre nuevos no importa que tan usados, a tus manos, al rinconcito del cuello con el hombro dedicado a embriagar mi pasado. Siempre confuso y perdido, hay demasiadas notas que me evocan realidad. Y lo único real en mis días es tu aroma, o lo que logro recordar.

martes, 17 de agosto de 2010

Qué hacer en caso de emergencia...

Aliste el cinturón. Apriete la mandíbula, deje que el miedo se apodere del poco control de vejiga que aún queda. Prepárese para el impacto, de ser posible vomítese a sí mismo, siempre es agradable la escena para los demás. Todo gesto que haga, hágalo memorable, tal vez sea el último, así que exagere. No recé, el arrepentimiento es para los malditos. No tenga autocontrol, por que en toda su vida no lo tuvo, ¿por qué mentir ahora?

Confronte con una mirada perdida el suelo, concéntrese en él, tal vez su estómago de vueltas por lo que se recomienda no perder de vista la zona de aterrizaje. Escuche atento los mensajes, puede que sólo se repitan en su cabeza una y otra vez buscando sentido, así que procuré no abreviar o cambiar por sinónimos.

Afirme con la cabeza cada que su interlocutor permanezca en silencio por más de cinco segundos. Disfruté de cada momento restante: si le viene en gana llorar, hágalo; si le viene en gana la cólera, explótela. Memorice los detalles que crea convenientes. La memoria se encargara de hacer más correcta su decisión.

Diga sólo aquello que de verdad sienta. El silencio también comunica.

De ser posible sobreviva. De ser posible recuerde y aprenda del evento. De no ser posible, no importa, hay más de uno muerto en vida que aún deambula a su lado, no se crea especial.

lunes, 9 de agosto de 2010

Montañas de aire...

Montañas de aire que entorpecen la mirada del paisaje acuoso de los ojos que llueven en la esquina de una silla. Por un dolor insoportable, de un silbido en la cabeza que no calla. Con el tiempo que repica en el pecho bajo la mano que arranca con las garras el latido.

La voz cortada que no canta, que gime monosílabos interminables, por culpa de lo sólo y descansa el pecho en el vaho con olor a muerte, por las letras que fallecieron en la garganta, por las palabras que asfixian el alma.

Malditas dudas y desdenes, que de nubarrones grises se visten bajo luces muertas de calles parcas y olores desagradables, que transitan las vías del camino que confunde; y el perderse bajo fuegos incendiarios de miradas inobjetables de uno mismo contra el pasado, contra el brillo de la hoguera que prende los males y descansan sobre las calmas cada respiro más insoportables.

Pensé ya no dolía, me distrajo el mundo en la locura de sus días, en el caos de su vida y lo poco que parece a su lado la mía. Pero hoy sé, mientras el alma se aleja del camino, que todo estará mejor. Que mis mejores decisiones se miden en distancias y a lontananza hoy soy correcto y hago de mi país: una canción con pocas notas y mis pies marcan compás y viajan en el viento con las hojas.

jueves, 5 de agosto de 2010

Arrugas...

Hoy es momento de decir adiós, de lo que ya sabíamos; nos movemos más allá del sentimiento, de la creencia, y sugiere el esperar eterno. Donde los niños suelen ser crueles, los adultos creen ser mejores, y nadie sabe nada controlar.

Pero hay días en que se presiente, se huelen las notas en el aire de la tarde, que nos cae apaciguada, bajo la luna escasa y el sol comenzando descansar. Esos aromas que solíamos llamar casa, hoy son excusas para otro camino buscar. No me creo nada, que estemos tan lejos y los ruidos sean tan escasos. Que nos pensemos tan lejos y encontremos bajo lo que la tarde calla.

De vez en vez sonreiremos, recordando en las arrugas de los ojos las viejas miradas, las presentes sonrisas y los infinitos momentos, de universos que colapsan en sus propias historias; nos creeremos perfectos, al patear la siguiente piedra y continuar con la mirada clavada en el recuerdo que no vuelve y las calles que siguen siendo las mismas pero nos llevan a otro lugar.

lunes, 26 de julio de 2010

Frío...

Con un poco de frío recuerdo charlas que nunca tuvimos, de esas palabra que nunca tuvimos que nombrar, de las advertencias que debimos señalar, cómo que no acostumbro las pasiones que se vuelven posesiones y me hartan las instrucciones para amar.

Todo el invierno parece me ha empañado el año y a diario cargo el daño y el frío que entume el caminar; pues no importando el clima los temporales que me cogelan las entrañas parecen retornar.

Ya no hay estaciones y yo no se escribir canciones; ya no hay clima adecuado, hoy me seco esperando se me quite el frío de no saber hablar.

La noche anterior...

Mis pasos son incautos, presas de cualquier charco voraz y se han vaciado los bolsillos, que no dejaban de sonar. Ahora todo es aire, que retumba en la memoria, cuando la intenta recordar. Hoy todo es negro, ya no queda memoria de la tarde oscura de la noche anterior.

Hay hojas que revolotean contra la cara, camina sin sentido en dirección al sur, todo pasa por su cabeza, pero no logra recordar. Al parecer ya no hay promesas, el hambre ya no cansa, posiblemente ya ha comido, probablemente ya no es importante. Ahora sólo hay puertas, y todas las rejas lucen conocidas, todo es distinto a lo acordado, hoy ya no hay recuerdo de la noche y de lo que pasó.

Si pudiese parar el tiempo y recobrar los días: hay cosas que diría y cosas que no volvería a hacer. Pero hoy llueven letras y empapan los parques, los discos dejan de sonar, los bares comienzan a brillar, todos tienen amnesia, ya no recuerdan la noche que todo este olvido causo.

Cuando te haces mayor...

Viento por ti, aires por mi, siempre lejos del tacto, siempre algo cerca del pasó que no dí. Jugando entre el drama y el humor, encontramos nuestra nueva casa, mi nueva cara en la esquina, justo en ese rincón.

Llevo demasiado sin mi, dejé de buscarme y fue entonces cuando trace cualquier plan, sin dirección, pregonando mi vocación: Hablar por hablar y morir por morir. Seamos honestos: ya nadie distingue en cual me fundí.

Comencé a buscar alas antes de olvidar, que no hay razones suficientes para dejar de volar, razones suficientes ppara el pecho inflar, decir así se siente cando el corazón comienza a trabajar.

Iba muriendo en cada esquina, en cada cruce, en cada ciudad, viviendo en todo panteón. Confío en que algo cambie, y esto valga más que antes de comenzar; esta caminata, este camino que parece no tener final.

Tuve momentos de claridad, en los que casi pude respirar. Pero confío en tener más palabras, más letras para poderte contar y en voz baja decir, que por fin lo entendí: "esto es lo que pasa cuando te vuelves mayor; todo pierde importancia y recobras un poco de humor, ahora a rogar que no se acabe todo, que algo quede al dar otro paso, que aún queden algunas risas por compartir"

Duda...

Hace tiempo ya que decidí hacer lo correcto, según yo; pero hoy me abruma la duda, el quizas y el mal tiempo. La jodida realidad que no para de llover, que parece decido a recordarme una y otra vez. Hoy sólo llueven dudas, frías y humedas dudas que desbordan ríos, que generan pequeños lagos sucios y geisers de coladeras insanas.

Creo que escribo por ellas, por cada una de ellas que no sabemos responder. Creo que escribo para expresar que sí requiero ayuda, que quisiera una señal o algunas palabras diciendo "todo va a estar bien".

Hoy me quiebran las ansias, me derrota la ignorancia y me convence la duda. Hoy no sé nada de lo que sé supone me trajo hasta el hoy y aquí. Hoy dudo de mis decisiones, de mi inteligencia y del poco destino; hoy dudo del poder continuar sin saber si hice bien o mal.

martes, 6 de julio de 2010

Bajo el sonido...

Bajo el sonido de la lluvia reconozco los pasos de la memoria que sigue perdida en la orilla de tu silueta, que sabe cual mapa en palma de la mano y recorre en busca del vació que ha dejado tu partida. Se instala una vez más mi lado, cual sombra, cual fantasma de felicidades pasadas.

Con el paso de las horas matizo la oscuridad y distingo tu sonreír. Esa risa, que cantó al oído viejas notas, convivió conmigo una y mil derrotas, con la frente en alto, con las cicatrices a cuestas de lecciones y promesas rotas.

Y me arrullan los estruendos y el cantar de los rayos, los vientos agitados y la carencia de sueño. Dejo ir a la memoria y fantaseo con el regreso de tu mirada y de lo feliz que soy bajo el alcance de tu aura morada.

lunes, 5 de julio de 2010

El globo...

El globo que sin pensarlo demasiado se suelta de la mano, se desprende de las intenciones, se cree libre por el aire y flota. Como aquel sueño que pretende su primer paso en su propio camino, al propio ritmo de viaje baila con el viento incontenible.

Así se aleja de la mano del pequeño encandilado por el sol, que distraido confió en que nada cambiaría, que pensó en que el hoy por siempre sería.

Momentos después el llanto que acompaña la perdida, cuando se va la posibilidad de lo eterno, cuando regresa al rostro el vació y damos cuenta de la falta, la enorme falta de aquel sueño que acompañaba la muñeca y separaba ligeramente los pies del camino.

Ya separados quedan el llanto, la mano estirada, la pronta gran distancia; el viento y los caminos separados. Uno que se eleva y otro que se queda.

Ya vendrán otros aires, ya volverán a encontrarse, entre sueños y recuerdos, cuando se acabe el gas o el pequeño crezca. Ya volverán a sumarse y ser el cliche que el mundo envidia de la felicidad que equilibra el volar con el suelo, los planes altos con cimientos buenos.

lunes, 21 de junio de 2010

Sonrisa...

Como conejo que se pierde encandilado por los faros del auto que lo ha de matar; similar a cualquier persona verdaderamente agotada por el destino, que se enfrenta al último vendaval, no por que crea que el clima mejorara... sino por que está segura de que no aguantará uno más.

Con ese semblante, que apabulla cualquier otra cicatriz del día a día, que sólo se enmarca por la tormenta que carga en la espalda y el agua que escurre por toda su desmaquillada cara, atestiguando el diluvio que no acaba. Que no acabara pronto.

Sacude con ira su ser, esperando el desarmarse o al menos dejar un poco de si. Diluida en el agua gris, que ya es charco y rastro pasajero de un camino que no quiere repetir. Camina mientras se cambia de uniforme, mientras su careta es retocada para denotar una ligera esperanza, esboza una sonrisa fracasada al acercarse al espejo más cercano.

Sorpresa y susto, las dos de golpe: Una por darse cuenta que no hay boca en el rostro, la otra por realmente sentir por primera vez en el día. Recorre el suelo en busca de la pieza faltante; revuelve sus bolsillos, agita y sacude las ropas. Nada.

Sorprendentemente calmada se hinca y a gatas regresa por sus pasos. "No debe estar lejos... La usé hace poco" dice mientras tienta el camino, masajeando cada palmo de mármol que se muestra con huellas de actividad. Un par de monedas cerca de la entrada, una llave y hasta un perno de un reloj, pero no hay rastro... ni un labio, una comisura, una sonrisita.

Con la misma cara sólo que esta vez un tanto más verde, se pone en pie, camina al espejo, saca un labial rojo. Dibuja un par de barras paralelas horizontales debajo de la nariz mientras piensa: "seguro volví a olvidarla antes de salir de casa".

lunes, 7 de junio de 2010

Malacopa...

De todas esas cosas que debamos hablar, hay confianza de perderse en el andar, el horario se nos borra en la copa, que se pierde entre la gente cuando la mesera irrumpe, raptándola de su lugar natural.

¿Donde ha ido todo el vino, el trino de los pajarillos que te siguen? sin saber por que se saben tu nombre, hombre tan común y vulgar, sabiendo que no hace otra cosa que ocultar, lo poco que sabe y lo tanto que se espanta de cualquier sombra, escurre ignorancia y vómita en vez de hablar.

martes, 1 de junio de 2010

Caminando a casa...

Recopilando segundos en cada parpado, agotando las energías de la constancia y enfundado en el traje de la rutina. Momento de irse a casa; y caminas con hombros derrotados por los días que han de venir. Sintiendo, en el recoveco del corazón, que algo no agrada, que no llegaras tan lejos, que mañana no hay demasiado plan.

Con sólo recuerdos de como era el Sol y que sabe la comida casera, con los tonos pálidos de la piel y el dolor de espalda por la poca hergonomía de cualquier labor de ocho horas.

viernes, 7 de mayo de 2010

Escribiendo de contrabando en la oficina...

En secreto y despacito, acariciando tus palmas justo al silencio de un mundo cautivo. Frente a ventiscas y ráfagas heladas, desentumo el tacto pálido contra el cosquilleo de tu piel.

Con la inquietud de ser sorprendido en el acto, con la emoción de no detenerse hasta la última nota. Hagamos música, de esa que sólo tú y yo conocemos, de esa que sólo los privilegiados escuchan con el corazón.

Atentos a los silencios y a los ritmos hasta del mismo viento, dejando que fluyan las ideas con cautela, pero disfrutándolas con la calma necesaria de un poema. Hagamos letras, dejemos que cualquier aliteración sea a nuestro lado ingenua.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Desorientado y encontrado...

Todos los sentidos desorientados, perdidos en el afán de reencontrar el camino. La vista clavada, apuñalando la ventana que ofrece un poco de cielo, que bajo la luna ardiente padecen de ese gris fulgor que acaricia las asquerosas cabezas ralas de los inmundos cuerpos que no caben en sus casas, que colocan antenas y tubos en sus calvas aureolas.

Así, perdido entre los sonidos y aullidos literales, entre las sensaciones insaciables comprendiendo mi hambre y mi espera, el caos y la misma brisa que hace avanzar mi balsa; mi alma al otro lado de mi mismo. Entendiendo que no comprenderé la oscuridad temiendo de ella, ni haré luz por sólo quererla.

Así me hipnotizo por los parpadeos lejanos de los ojitos brillantes de alguna calle, de algún edificio que cimbra ante mi mirada o parpadea con sus pequeñas estrellas rojas que anuncian sus presuntuosos semblantes.

El mejor estado del desastre, es saber completo el paisaje al tirar el último naipe. Reconstruirse de la nada y creerse gigante. Y bajo un cielo sin estrellas, creerse una, saberse una luz que le parpadea a otro ojo incauto encerrado tras la ventana de otra casa. Guiñando el ojo, y sirviendo de faro en el puerto peligroso de uno mismo. Hay marea baja y la noche huele a calma, no hay respuestas, pero doy gracias a lo divino por tener más dudas.

jueves, 29 de abril de 2010

Que le dijo una lata caduca a otra...

Ven y dime entre lágrimas y dientes apretados, que nadie nos prometió vivir para siempre, que la vida nos tiene fechados.

Ahora que todo es bello y que no hay nada ya que extrañar, está el mismo sueño que cuenta mis días hasta que desfallezco y comienzo a extrañar los nuncas de una vida sin mirar atrás.

Con sus manos estrechas, el camino de piel que has dejado atrás, coloca los ojos en ti. Tu cuerpo nervioso estremece, sorprenden las propuestas, las torpezas y los segundos largos que marcan la diferencia.

Pongo la atención en el camino, que se pierde, el tiempo consistente en lo extraño, lo torcido y lo encantado; todo me recuerda tu pequeña incierta cordura que recae entre lluvias y pánicos callejeros, destinados al incendio de lo profano y el restablecimiento del beso como moneda de intercambio.

Hoy nadie pertenece a tu mundo ya olvidado de tantos cambios, perdido en si mismo y encontrado por la nada que camina en tu cabeza y habla indecencias mientras cubre sus ojos de cualquier luz que no sea la propia. Así pasan los días y las horas de espasmos, de ser mal etiquetados en este mundo de supermercado.

jueves, 15 de abril de 2010

El camino...

Mi viejo paso de siniestros espacios, empieza a desencadenar el pasado y el tiempo descalzo; seguimos en los caminos que lastiman las piernas, quiebran espíritus y danzan en aires tibios que sofocan la calma.

Las manos tiemblan, no hay ciudad que me llame hijo, no hay techo que llame hogar; no es culpa suya, no hay paredes que entiendan mi encierro, hay espacios que lleno al verlos, hay tiempos que mercen pasar.

Los sueños a alcanzar no se antojan cercanos, pero los traigo a cuestas cargando. Descansándolos de vez en vez, de hombro en hombro, con palabras que mueven toneladas, montañas, se hacen planes que acarrean miradas.

Con mi pesado silencio de perderse en lo incierto. Sonríendo, me dispongo a seguir, pues creo, que me sobra camino, me sobra destino, y no importa que a veces no tenga ganas de seguir.

lunes, 12 de abril de 2010

Te alcanzo...

Te alcanzo entre la niebla y la mirada nublada por el sueño. Son ansias, historias de caricias que se adeudan y mañanas que se extrañan en préstamo a la memoria. Somos la idea errante de navegar por tu mirada perdida que obedece mis manos y sus instrucciones en Braille sobre tu piel, sobre tus piernas y brazos.

Tatuado en el pecho el sentimiento que se anhela y se traspira, puedo rastrear tu paso, puedo dar pie a desbordar el pecho contenido por la espera, y reencontrarnos en terrenos conocidos; en el amor hecho camino y tu cuerpo por destino.

Te extraño en tus despertares y en tus sueños. En ciertos hábitos que estabilizan mi mundo frágil; en el reconocer tu calor como mío, en buscar mi sonrisa en la palma de tu mano, a la altura de tu pecho colocar mi oído y reconocer la sincronización de los latidos.

Destinados a superar todos los errores y males, cegueras y espacios; somos aquellos que comparten más que su tiempo y espacio, somos más que un montón de planes, somos almas iguales.

jueves, 18 de marzo de 2010

Agua...

Pequeñas distancias que acarician las orillas curveadas, que con calma recorren las aguas; no se pueden volver a tomar, siempre distintas, siempre andantes y revueltas, siempre gotas distintas de corrientes que no volverán.

Hay algo de melancolía en el río, que aleja las hojas e ideas, que remoja las costas que permanecen verdes. Algo de silencio en el fondo del agua y de ruido relajante en su común habla. hay un poco de paz al dejarse llevar, algo de calma cuando por fin se funde uno con el mar.

La tarde nos recuerda con aquella nube pasajera y el olor a humedad, con las primeras gotas de lluvia, que toda el agua tiende a volver a comenzar, y aunque no sea la misma gota en la corriente nos volverá a encontrar, en una orilla del río, en un charco o en el flujo sanguíneo. Y así recomenzar.

Caminando...

Caminando sin demasiado rumbo, las calles resultan conocidas. Todo luce igual, tan gris y dispar. Perteneciente a la noche que no deja de aullar, lamentos solitarios que oscurecen los faros, mientras el silencio se encripta bajo el brazo cobijante de los autos incesantes que aún no dejan de pasar.

Volvemos a levantar la mirada, de nuevo pocas estrellas en este cielo de ciudad. Algo cambia y las calles, en mi camino, ya no son las mismas, las nubes son de otro tiempo, las lluvias de otro lugar. Todo se junta y alarga la ciudad, todo recuerda el infinito y la certeza de que no hay más allá.

Somos chispas y estrellas, somos hormigas y dioses, somos cielo y carretera. Soy el que escribe y así su alma alimenta.

domingo, 7 de marzo de 2010

Ciudad...

Regresando por las dunas de asfalto al seno materno de mi ciudad errante que navega sobre la suciedad de si misma, desbordante, llena de alma atrabancada y descarriada.

Eres sinceramente la peor que he conocido, no dudo del instinto; pongo en tela de juicio mi mundo y su detonar en cada luz verde y las ganas de mi vecino de recorrer su mundo con prisa a la nada y su coraje a todo.

Dudo de que no te caigas por los cimientos, aunque creo más que no caes por el óxido de las promesas y la vieja usanza de creerlas. Tus venas contrariadas desbordan sin cesar la esencia del alcantarillado y tu piel mixta propone anarquía como moda de tu rostro y vestimenta.

Has sido rechazada y comprada, eres terreno usado y proyecto en venta. Calabozo moderno de almas antiguas, alojo de millones de seres y de alguno que otro humano que pierde a cuenta gotas aquello que lo diferencia.

Surfeo el transporte público y sus ilegalidades, soy el rey de mi mundo y habito una ciudad enclenque y decadente. Amo sus cimientos pero odio sus paredes.

Esta ciudad es madre, padre, asesino, víctima, violador y ultrajada; es mi pan, mi cama; soy suyo desde mi cabello hasta mi hedor a cloaca.

jueves, 4 de marzo de 2010

Don...

Este es un don que conlleva una carga; pesada y hambrienta se alimenta amarrada a tu espalda, succionando tu cuello y dominando tu espina, ahora un tanto curveada.

Todo lo tocas y se pudre en tus dedos, eres tóxico. De largos parpadeos, guillotinas de visiones que aletean por su vida mientras presurosas se congelan en la memoria. Ahora son tuyas, tú las viste, tú las harás perecer para en tu egoísmo retenerlas.

Cordero de sacrificio cualquier buen día, y prorroga de la calma a cambio de la sangre del atardecer que ofrenda sus tonos rosas. Sólo queda el recuerdo, que alimenta la carga, que potencia la espera y cava una zanja para contener una vez más las oleadas. Ya no hay nubarrones azules y violetas, hay memorias de quimeras y estrellas pasajeras.

La memoria tu pena y gloria, y poder mirar por tus ventanas tu alimento y veneno, pues todo pasa y sólo tú quedas, todo cargas y sólo tu lo piensas.

jueves, 25 de febrero de 2010

Ciudades nocturnas...

Escoge el tamaño de las sombras, de la noche cortinas y personas, que perturbadas se funden en pantallas negras, en ciénagas de vacío y calle, pantanos enteros de ciudades normales. Que al son de perdidas notas, pisadas gigantes y animales aullantes, como antes, ciudades, sólo ciudades.

Ahí escoge el tamaño del enemigo errante, de la luz la única arma, y la capacidad de correr el único escape; de esa unidad y salvación, entiendo, que sólo así aprende.

En la respiración nocturna del animal inmenso, en la calle de desconocidos rincones, ahí aprende el miedo a nacer, en tu pecho a crecer y en esas constantes sombras de memoria a reproducirse. La ciudad que te traga, te embulle y te hace suyo, en ella y sólo en ella tú te vuelves su miedo, y el tuyo es su única capacidad de defensa… ciclo vicioso de cobardes estancados.

lunes, 22 de febrero de 2010

Muerto...

Del aburrimiento la cabeza baja y el cuello débil, carente de sentido espera que el reloj de arena vacié su vida por el espacio de la cintura siniestra. Elogiando el aire en un suspiro, repito la sentencia del olvido. El cielo indiferente recorre su mirada entrecerrando los párpados grises y esponjosos, tornándolos negros y dormilones.

Respiro sin destino inmediato mas que el exhalar. Pesada la penumbra del cielo que nos cae en la espalda y aplasta con el pulgar invisible de la intrascendencia de volver a comenzar. Continuo respirando, tal vez sin ninguna sencilla pasión, tal vez sin final de este ciclo de morir y volverme a levantar, ser el polvo que te abofetea con el viento y en otro momento quien acaricia el mango de la daga que atraviesa el corazón.

Muerto del aburrimiento, soy fénix, soy inmortal y tal vez nunca he nacido lejos de tus manos; y tal vez sólo respiro y pregono mi existencia en el silencio y eco de cada pulmón.

jueves, 11 de febrero de 2010

Insane...

Las manos más lentas que la mente que arremete contra la cordura en duras frases de perdición y locura, en insistentes voces que pierden la paciencia y saturan la punta de la lengua y arrastran las palabras hasta la frontera de la nuca.

Perdiendo un poco la desgastada mirada, mientras vagabundea por los recuerdos. Me encuentro recordando tus palabras que mudas sólo entiendo por tus ojos secos. Algo no marcha bien o todo está más que perfecto. Entre los confusos mensajes y mi mala memoria, doy pista del percance: soy víctima de mi cabeza y sus bromas y males.

Así que me dispongo a recostarme contra el muro, que hoy es cama y cobijarme con la nada que se respira por toneladas, ya mañana entenderé mejor las cosas, ya mañana seré mejor persona.

Dejaré migas de pan para recordar por donde vine, y saber que puerta volver a escoger, en caso de que te busque, en caso de que te encuentre y no pueda dejarte de ver. Dejaré rastros de mi para tomar precauciones, para ignorar las voces, para callarme en tu lado más profundo y dormir con la sonrisa cautiva que tu abrazo alimenta.

Para encontrar la calma, recurriré a la tuya; y cada que dude de cualquier realidad oscura, acudiré a ti, siguiendo la única luz en mi locura.

Química...

Voy a tomarte del cuello, alargaré mis palabras al viento y en el tacto de tu oído reconoceras mis pasos. Voy a amenazar tu espacio con el mío, deteriorando cualquier defensa a uso de esperar y a causa de insistir, invasivo en tu rastro. Seré lo que has logrado frenar pero no resistir.

Voy a abrazarte y con el tacto sabrás el tiempo, y lo descrito en nuestras manos se hara impulso; entenderemos entonces el amor y la química que concentra la suma de los labios.

martes, 5 de enero de 2010

Todo empieza así...

Con un chispazo, una luz, tú piel y el cristal; con el olvido, el olvidar y el ayer, como pertenencias que se ponen en el bolsillo, en la maleta de un gran viaje a comenzar.

Vistiendo el deseo de nuevos horizontes, mochila al hombro, imagenes mentales de playas y paraísos. Todo comienza así... Con el aire turbado por lo natural y el calor del Sol, me sé lejos de la ciudad, me sé lejos de toda ciencia, fé o explicación.

Me siento ligero, con largas carreteras, estrellas, planetas, comidas, cenas, caminatas, carreras, vuelos... todo por delante, con tus manos enlazadas a las mías, con la decisión de que el mundo se nos viene en gana...