domingo, 27 de diciembre de 2009

Entre tu tiempo y mis espacios.

Con el cosquilleo de la palabra en la orilla de la garganta, el aire frío azotando una y otra vez el mismo pecho que se llena y vacía con singular ritmo, bajo un techo azul, sin nubes, y un viento frío olor a bosque muerto a media ciudad, entre smog y pasto seco.

Vacilando al escoger las palabras adecuadas para decir las más inapropiadas frases, las más crudas verdades o evitando incomodos silencios. Estático en la cima de la razón, que decide en el firmamento buscarte, contra toda lógica, contra todo sentido común, entre alguna luz pasajera y el horizonte, entre memorias y alguna canción.

Ahí, con los pensamientos embotellados, con mis tactos tan ajenos, en la frontera de toda causa consiente y el sueño más vagabundo; ahí donde las distancias nulas, y las posibilidades infinitas, donde fantaseo en medio de tu tiempo y mis espacios.

Así te acaricio en el vacío y el recuerdo se hace presente, donde me embriago de memorias y realidades latentes, donde te mezclo entre deseos y mi cuarto, donde te recuerdo. Tú sabes que siento cuando estas a nada y tan lejos.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Mamá....

Ha sido largo el camino; de interminables cuestas, pendientes y caídas. De trabajo, sudor y sacrificios. De cada segundo orgullo de ser el resultado. Hoy doy gracias por tu mínima paciencia y tu incansable espiritú, por tu autoritarismo, tu degradada percepción del audio y por la voz y sus decibeles que hacen tan tuya la casa.

Que grande es el destino y el eco de los pasos de quienes sienten con tu firmeza el hacer lo correcto.

Hace años aprendí que también te equivocas, desde siempre sé que eso no importa tanto. Cuando niño aprendí de ti lo necesario para el mundo, hace poco aprendí del mundo para entenderte.

Cada año jurabas llegar a los 40 y ya, luego a los 45 y ya, así hasta los 50 y ya... Y hay que aceptarlo, los 52 no aparentan ni cercano el horizonte. Envidio tu capacidad para vivir, para a pesar de todo ser quien eres.

Creo que si nunca fuiste la más cariñosa, jamás fuiste incapaz de querer. Con el paso del tiempo uno entiende en un "eres un arriado" un: Quiero que seas mejor; con el "baja ¡Ahora!" un: "la premisa de a velocidad y la atención implican cariño".

El tiempo te ha dejado marca, y somos muestra de ello. Tú eres la etiqueta que nos distingue y nos ha hecho hombres y mujeres de bien. El ocaso del hombre sólo se vislumbra en la cercanía al cansancio del alma, cuando te veo a ti mamá, estoy seguro de que es medio día y el Sol esta en mi casa.

Pd: Feliz cumpleaños mamá... ¿60 y ya?

jueves, 3 de diciembre de 2009

4 de dic...

En una época de días trastornados, ciudades con cielos azules, con fríos grises y la cotidianidad de que todo se invertirá y será el mismo caos fotoinsensible de siempre, contenido en el habito del imparable tiempo. Con la certeza de no retirarme de este día a día, sólo por la dificultad; que he aprendido: Nunca deja de aumentar. Hoy hay tan pocas cosas que no quisiera dejar al azar.

La suerte como pariente cercano del destino, y de todas aquellas incongruencias dignas de ser mencionadas cuando se pretende hablar del futuro; hace su entrada cuando hablamos del tiempo, de sus factores y sus hubieras, y hoy de los tuyos. Estuvimos tan cerca de hacer esta fecha otra repetitiva y sin distinción, sin aprendizaje o sin meta alguna. Que bueno que no lo conseguimos... que malo que fue de esta forma.

Cada 4 de diciembre celebramos, unas veces más que otras, tu llegada a este mundo y los buenos o malos resultados de este arribo. Pero hoy las cosas son ligeramente distintas, no por los días semiapocalipticos vividos en la urbe, que hoy luce por momentos amigable, limpia, y con Lunas que varias playas envidiarían, sino por quienes las vivimos. Las cosas son distintas por que hay menos formas de hablarnos, y creo que tenemos el mismo grado de comunicación que hace algunos años. Por que hace algunos años se me hacía raro nunca haberte visto llorar, y hoy se desgasta la cara y sus arrugas de hacerlo justo cuando estoy contigo; cuando no puedes hablar, cuando sin querer sólo yo te entiendo y cuando adrede lo sabes.

Esto cada día se complica más, y nosotros más simples; la suerte parece dejar de apostar y a nosotros nos importa menos. Creo que lo que trato de decirte es que hemos avanzado, ni idea de en que camino, pero avanzamos y nadie llega tan lejos si no es para seguir. El día de mañana tendrá nuevos ayeres, y algo habremos aprendido, dejado, mejorado, limado o simplemente estropeado. Y nada cambiara. Las mismas ciudades con los mismos caóticos paisajes, las mismas sensaciones. Todo igual.

Todo menos los ojos que las ven, que ya tendrán más días para compararlos, y ya habrán encontrado el orden en el caos que todos ven, ya habrán aprendido a comunicar sin poder hablar. Así que mañana será todo igual, y esperemos para nosotros algo diferente. Felices mañanas papá.