lunes, 29 de septiembre de 2008

...recuerdo

Recuerdo suave la mirada triste de los ojos que pedían mi cariño; que esperan imposibles, que no entendían mi español. Esa piel suave como piedra de río, que dedicaba sus aguas a mi calor, a mi alma sedienta pero incapaz de llenar la coraza muerta, de mi máscara de placer poder evitar.

Recuerdo con detalle cada roce, cada rezo, cada oración, cada plegaria de tu cuerpo y el mío a algún dios dedicado a sanar. Cuerpos dolidos y lastimados de cansancio de entrega, de búsqueda de la saciedad alcanzar. Recuerdo cada embate, cada vez volver a fallar.

Y es novedad cada noticia perdida en periódicos de la piel publicados, cada cicatriz invisible al ojo. Es novedad que a tanto tiempo aún tu imagen estigmas cause.

Mi memoria antes tan útil, hoy gesto del desperdicio de la sangre al cada herida su flujo restaurar.

Recuerdo bien tu entrega, tu amor sin restricciones, recuerdo mis errores y cada vez vuelve a lastimar.