martes, 17 de noviembre de 2009

Cuando...

Cuando no hablas y crees que no me doy cuenta de lo perdido en cada palabra o en el silencio repartido. Cuando nos cerramos la boca entre los miedos y las paranoias, nos alejamos de nuestra mano sólo por el pánico al tacto.

Son esos momentos donde el abrazo perdona el siempre y funde pensamientos en largos pasos, entrelazando caminos y dejando un suspiro de regocijo de ir en el camino exacto, tal vez correcto.

Cuando me atraganto con mis vacíos y me pierdo en lo ególatra de tus encantos; nos perdemos en lo ocupado de la noche, nos acercamos un poco al lado oscuro de lo prohibido.


Son esos momentos de largos pensamientos donde se hilan memorias y planes, donde te recuerdo en calma, y recordamos lo finito de nuestras vidas fugaces. Intermitentes en los destinos, caminos y planes, somos el silencio que se recuerda antes del suspiro y la sonrisa de remembrar la estancia de la felicidad en mis lares.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Lo haré...

Tal vez sea hora del desarme, de bajar las armas y rendirse al sentimiento, a la ciudad y a su tiempo.

Acostado boca arriba a la altura de la nada, con el frío subiendo, la humedad cayendo, soltemos un poco el riel de lo normal; no me digas que no lo habías pensado. Por que sabes que cuando pueda, tan pronto pueda... Lo haré. Y maldeciremos las maldiciones que nos pesaban, mandando al diablo al olvido y el olvido al infierno.

Dejar que sople el viento, que no me importe el hoy, el ayer o el momento.

Sin promesas, ni decoro, sin esperas o culpas, dejando de pelear y comenzando a ser. Por que sabes que cuando pueda... Lo haré.

Me olvidaré de las misiones, de las voces, del destino y sus desenlaces. Comiendo algún dulce que nazca de tu pecho, o viendo llover el río de cualquier tiempo, dejándome llevar en estos días de decadencia y olvido.

Para regresar, más puro y sencillo, siendo el de siempre pero menos improvisado, más claro y sereno, más maduro y eterno; aferrándome a la deriva trazada por mi propia mano y apuesta que cuando pueda, tan pronto pueda... Lo haré.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Frío...

A poca luz con los ojos entrecerrados, haciendo como que la cama sin ti no tiene un gran vació. Cobijando el recuerdo para entibiar mis manos, alargo la resistencia del tiempo al esperarte. Desesperando en no encontrarte, armando historias de los siempres y de mis yos fugaces. Intermitencia de mis actos, de mis sueños y mis males, que se mezcla en el aire frío de cuando acaba la tarde. Comienza la noche y retoñan mis ideas vagas y el remolino de cabeza que no logra asentarse.

Mala idea dormir un poco cuando aún había sol, mala idea pensar que no necesitaba demasiado su calor. Hoy con la espalda empapada de bajas temperaturas me repliego contra mi mismo, en esta guerra donde pierdo terreno, temperatura y olvido. En estas sábanas mueren más que recuerdos, nacen destinos. Intento dormir y sólo pienso en que le faltas a mi camino nocturno, a mi laberinto mental, a mis sueños y a la mañana buscarte con un beso al despertar.

Por las ventanas

Por las ventanas veo pasar a hurtadillas las almas encadenadas a la tierra y no hay más que decirnos, somos distintos, destinados a juntos durar... permaneceremos tan igual. Nos perdemos en la penumbra, revoloteando destinos del mismo camino, esfumándose, siendo nubes de historias sin final.

Recordándote siempre cerca, a pesar de los desvíos, de los caminos que difusos se me van. De todo aquello que vivimos, nos sumamos contra lo indiferente, en caricias sin comienzo, infinitas en realidad. Sigo despierto y soñando con los eternos.

Camino asesino, purga y resurrección, siempre a mi lado, siempre con tu recuerdo jugueteando en mis manos. Sonríes sin sentido, sospecho lo mejor, sonrío cuando estoy perdido, cuando te dejo el camino guiar.