sábado, 20 de diciembre de 2008

En la playa...

Con las manos alargadas en tus playas finas, y tus caricias costeñas, aletargo la piel medio dormida que recarga su desidia en mi pecho, y espero que el tiempo funda tu arena con mi piel.

Ahora que sé que las olas reclaman tu destino, y el precio costará el sueño de lo divino, me arriesgo a traspasar terrenos perdidos, peleados por las corrientes que no saben cuando detenerse. Peleo con la única intención de que todo no se acabe, todo no muera y se entregue lo vivido.

Cada segundo una lucha, cada pelea una vida, y cada batalla una lección. El vino, la música de tu voz en mis oídos. Busco incesante la lección de tus labios y la muerte que me asecha si continuo siguiendo tus pasos.

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