sábado, 20 de diciembre de 2008

Fantaseando...

En el pecho la alarma repiqueteante del buscarte. Agitada la ansia del lograrlo, del besarte. Hace tiempo que el tiempo no se detiene, y dentro del mismo cuarto se escribe el recuerdo que me resguarda tu mirada a media luz.

Pero encuentro peligrosa la sentencia del seguir. Rozando la perdida de la cordura por el miedo, tu ropa se destiñe por deseos, y mis manos alimentan, urgidas, la sincera urgencia de tus besos.

Fluye la marea de aromas insasiables, del mundo detenido unos segundos en espectativa del chispazo que nace de tu boca y la mía.

Así nacen las galaxias, así se crean los universos. Con una sola fuerza colapsando en el espacio entre dos alientos separados, que pensaban ser individuos lejanos, reencontrandose en el segundo exacto que se crea la vida. Así nacen las fantasías y comienzan a morirse en mi pecho las ganas de sentirme divino cuando me acerco a tu cuerpo y me detengo.

Así creo que se siente atraverse a olvidarse de los límites, así imagino que es tenerte sin resguardos.

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