lunes, 22 de febrero de 2010

Muerto...

Del aburrimiento la cabeza baja y el cuello débil, carente de sentido espera que el reloj de arena vacié su vida por el espacio de la cintura siniestra. Elogiando el aire en un suspiro, repito la sentencia del olvido. El cielo indiferente recorre su mirada entrecerrando los párpados grises y esponjosos, tornándolos negros y dormilones.

Respiro sin destino inmediato mas que el exhalar. Pesada la penumbra del cielo que nos cae en la espalda y aplasta con el pulgar invisible de la intrascendencia de volver a comenzar. Continuo respirando, tal vez sin ninguna sencilla pasión, tal vez sin final de este ciclo de morir y volverme a levantar, ser el polvo que te abofetea con el viento y en otro momento quien acaricia el mango de la daga que atraviesa el corazón.

Muerto del aburrimiento, soy fénix, soy inmortal y tal vez nunca he nacido lejos de tus manos; y tal vez sólo respiro y pregono mi existencia en el silencio y eco de cada pulmón.

No hay comentarios: