jueves, 17 de septiembre de 2009

Alguna playa...

Con los ojitos parpadeando de vez en vez para no caer hipnotizados por el baile de los puntitos elevados. Escuchando las olas, las bolsas contra el viento, y uno que otro insecto tragándose mi sangre en la pierna destapada, tengo la manía y necesidad de sacar una pierna de cualquier clase de cobijo.

Concentrado en una zona, que planeo memorizar. Dibujando patrones y pensando en infinitos, sonriendo triste y de cuando en cuando bostezando para espantar la soledad salada de alguna memoria equivocada.

Y caen una tras otra las olas, continuó siendo arrullado por el barullo de los matorrales. Reacomodo mi almohada de arena y mi cabeza retoza de pequeños invitados, no todos reales, y unos más incómodos que otros.

Fluyo con las olas a cualquier sueño, que se alcanza en el techo de la noche estrellada, cobijado por la nada, en alguna playa de algún puerto, con algún mar azotando mis palmas... estoy medio dormido, medio soñando, medio contando estrellas, medio recordándote e imaginando que vivimos en un par de ellas.

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