Y ha sido un largo año, mes, día... rato; desde que cambió mi mirada en tu silueta, y mi cabeza ahora decide que se va de viaje a tus orillas. Añejando el sentimiento de lo incontrolable altamente manejado por alguien más. De esas tardes revueltas de cabeza y el calor estorboso en cada ranura de las manos que hacen sudar ideas y escribirlas bajo la mera constancia de la necedad de dejar pasar.
Y hasta los celos se me antojan en cualquier derrota, en las batallas que no lucho, y en los territorios que no son míos, que domina el destino y que yo deje pasar por falta de decisión o sentido suicida.
Ahora se me antoja un largo año, mes, día... rato; bronceando las ideas que asoleadas salieron en la tarde a pasear, frente a tu vista esquiva, mi memoria necia y la sonrisa que te persigue en la orilla del recuerdo, obstinada a robarte otro round, otro tiempo, seguir intentando, invirtiendo el tiempo.
jueves, 16 de abril de 2009
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