Que raro reencontrarse con las ideas que convocan recuerdos y deseos. Es bizarra la sensación de buscarse en lo encontrado hace tiempo. En el recoveco del pecho que acostumbra a la nada y aún así llenarlo de aire tibio.
Que sencillo es perderse en la mirada de ojos cerrados, en las voces de los pechos que no hablan y en las calles de luces apagadas. Fácil es dispersar la cabeza en cualquier momento y encontrarse sin querer retomando esa mano rozando esa memoria, ese recuerdo.
viernes, 27 de marzo de 2009
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