Perturbado por el roce del aire en un beso soplado, de tu mano desprendido en eternas despedidas que corroen las distancias y acercan nuestros cuerpos y destinos. De esos que nacen de la mano del cariño y crecen buscando que el aire se caliente y llegue tibio a mis manos.
Perturbado por la noche, por tu esencia, por lo delicioso de tu sabor, tu roce y tu textura. Con la cabeza clavada en la noche tibia y mis manos recién sensibilizadas a tu piel. Justo en el canal exacto donde tus labios sintonizan mis caricias y ejecutamos sincronizados un te quiero sin palabras.
Perturbado por la escacez de palabras para aclarar la mente, la garganta y el pecho. Perturbado por que hoy sólo puedo decirte, te quiero.
miércoles, 18 de febrero de 2009
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