Gastando las fuerzas en evitar, la sonrisa que compromete la nada con el clima y cada centavo que malgasto del costo de la vida, se desprende en inútiles suspiros, por quien está cerca, por quien sabe a vino.
Y pierdo en largos alientos las ganas, de olvidar, de no pensar; pierdo en cada exhalación el rumbo y un poco el destino. Negando lo que siento, negando lo vivido, negando que me niego a olvidarme de los detalles que nos hacen diferentes.
Gastando la nuca por rascarla mientras pienso, en busca de respuestas que ya tengo a preguntas que le he dicho al techo, a medio dormir, a medio pensar, a medio recordarte. A remembrar tu piel y la calle, el sol y tus fotos, que no dudan en traerte a mi vista, siempre sonriente, siempre lo menos visible advierte lo imposible.
Quiero no detenerme, quiero dejarte en mi siempre. Quiero dejar de malgastar mi mente.
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