miércoles, 19 de diciembre de 2007

Breve...

Mira el suelo, otra vez lo he vuelto a manchar.
Me hacen pensar, unas veces en tinto, otras veces en ti.

Lo que en realidad viene a ser lo mismo,
lo que por crueldad hoy viena dar igual,
yo acabando en el bar o en casa sin aguantarme a mi mismo.

Puede ser que sea hora de entrar en razón;
y tú lo sabes bien, a fuerza de caer.
Llegar a comprender que dentro de este horror
no hay perdón, ya no hay fe para conseguirlo.

Es darse cuenta de caer en una trampa
que en los años llevan ya cinco años y medio.

Seré muy breve: ... te quiero y esto duele.


Y la sangre que goteaba,
presagiaba mi suerte.

Como un tiempo que paso,
como la vida que corrío, herida de muerte.
Reescrita la espiral, de prometer hacerlo bien,
de cometer el mismo error,
de no saber pedir perdón
o de pedirlo demasiadas veces.

Y hoy me hinco con terror,
ningún Dios responde aún,
la oración de corazón
Soy yo el que no entiende
o nadie quiere responderme.

Seré breve: ... te extraño y esto duele.

Contemplo junto a mi,
el cadaver del que fuí.
Es la mancha de herida mortal,
que percude con su olor,
que no se quita del corazón.

Y no escucho a nadie llorar,
me limito a sangrar,
me concentro en no llamar,
en no solicitar ayuda,
en al suelo divisar, en busca de señal,
de perdón divino que no parece llegar,
en la sangre que seca en el suelo al las venas cortar.

Seré muy breve: ... Te he perdido y esto duele.

1 comentario:

pamquibec dijo...

¡Sacrilegio!

Eso es lo que pienso… seré breve, no te creo

Porque un millón de veces te he leído
Y el perdón, no es tu palabra favorita ni en letras ni en sonidos.

Y la fe, que más de una vez ha sido comulgada
Hoy –según tú- no te escucha…

La realidad es que la has dejado de lado
Y hoy que recuerdas que existe,
Le imploras auxilio…

El perdón siempre estuvo vigente
Y a la fe, -aún hoy -la laceras y la culpas.

No hay ni habrá sonidos.

No, mientras tus palabras
Sigan siendo
Más que dolientes… Dolosas.