Vamos al mar, al viento con sal.
Del tiempo saliva en besos, donde se acurruca el aliento del sol entre tus pechos. Donde se compara el alma a la ola, y regresa a su fuente, un poco turbia, pero jamás vencida. Así nuestros días se calman y pasan, así mi alma se lava y se olvida. Se diluye de culpas, y queda vacía.
Vamos al mar, aunque a hierro peligre la piel.
Del comienzo recuerdos tibios y obligados a callar, entre la arena y la sal. Donde se compara el calor con el tuyo, y el recuerdo de la piel busca amar, coquetea con las gotas de las mejillas. Y ante el rayo verdugo mi sonrisa no se puede evitar.
Vamo al mar, vamos donde todo pueda volver a comenzar.
lunes, 15 de octubre de 2007
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